Eterna Roma en su legado y mi corazón

miércoles, 23 de febrero de 2011

Soneto 8º (Al símbolo de mi lealtad)

Tú desde lo alto de tu trono
y yo frente a él de rodillas,
espada hacia el suelo gris
bañado por una luz de oro.

Dejo mi yelmo hacia un lado,
sonrío mientras te observo,
mi mentón inclino levemente
dejando el estandarte en alto.

Que nuestro reino sea eterno,
pues nadie podrá nunca jamás
arrebatarnos nuestros sueños.

Pues esta muestra de fidelidad
es el emblema de lo que siento,
de lo que no tendrá final.

jueves, 10 de febrero de 2011

El fin del ángel caído

Tañir, tañir de campanas,
rugir y aullido de lobo,
el horror se hace mi dueño,
estoy débil como un cachorro.
Rayos de luna entran
entre las espesa arboleda,
frío y viento mecen las plumas
de mis alas negras.
La justicia da sentencia,
el castigo a mis pecados,
no tengo escapatoria,
mi fin: ser olvidado.
¡Ven a mí, San Gabriel,
pon fin a mi dolor!
¡Viejo compañero, dale,
dale paz al deshonor!
Haz justicia absoluta,
dame paz con espada,
ayuda a redimirme,
dame la paz deseada.
Es mi hora marcada,
tengo un miedo infame;
hora de pagar mi deuda,
mi deuda de sangre

miércoles, 2 de febrero de 2011

Soneto 7º (A mi musa, flor, amada)

Eres más que la más bella flor,
linda, con estilo y natural;
eres digna de que me arrodille,
tienes todo para enamorar.

Eres más que miles de musas,
inspiras, embrujas y liberas;
eres lo que me mantiene firme,
la brisa que empuja mis velas.

Dame, dame siempre tus besos.
Dámelos pues son dulces, suaves,
pues son pasionales, son bellos.

Dame, dame siempre tus manos.
Dame de tus caricias sinceras
pues tú toda me tienes enamorado