Esta noche en suspiros caídos
más que a nadie voy a odiarte,
explotaré en tres llantos vacíos
sin lágrimas para dedicarte.
Quiero gritar duro, maldecirte,
sentenciar que te odio a muerte;
que no puedo más ya reprimirme
pues te deseo la peor suerte.
No hay fuerzas para sonreír
cuando algunos dicen tu nombre
cuando te observo presumir
cuando te jactas de ser gran hombre
Y me revienta tu prepotencia
porque sólo eres un cobarde,
y pensando lleno mi conciencia
de imágenes que a fuego arden.
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