Puede que tu voz
altere mi percepción
y que dulce sentir
me haga seguir
Y ahora percibir
por el viento mecido
un beso perdido
que borra el color gris
Lindas gotas de locura
encarcelan la amargura
y suspiro anonadado
¡qué destino regalado!
¡Qué gran embobado,
en que me convertí
todo gracias a tí!
y un rostro iluminado
Porque esperanza hay
y gritar libre: ¡¡Guay!!
hoy nos toca soñar
y a la tormenta burlar
Así poder optar
a una pizca del mar
del mar de felicidad
sin los ojos cerrar
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