Tú desde lo alto de tu trono
y yo frente a él de rodillas,
espada hacia el suelo gris
bañado por una luz de oro.
Dejo mi yelmo hacia un lado,
sonrío mientras te observo,
mi mentón inclino levemente
dejando el estandarte en alto.
Que nuestro reino sea eterno,
pues nadie podrá nunca jamás
arrebatarnos nuestros sueños.
Pues esta muestra de fidelidad
es el emblema de lo que siento,
de lo que no tendrá final.
me encanta cariño, me ha gustado mucho
ResponderEliminarTe quiero eres lo mejor que me ha pasado nunca