Angel centelleante que protegiste a los indefensos
de la malicia de su prógimo hijo de los truenos
Tú, que nos guiaste con luz blanca cálida
con sonrisa perpetua y tu tez pálida
Tú, que nos enseñaste la belleza de amar
de ser felices y también a soñar
Angel centelleante ¿a dónde has ido?
tú mismo has buscado tu propio olvido
Angel centelleante vuelve a nuestro lado
ahora es nuestro turno nosotros te cuidamos
Permítenos susurrarte agradecerte todo
arroparte un lecho de plata y oro
Que seamos nosotros quienes sequemos tus ojos
que seamos para tí todo un tesoro
Que bonita entrada!
ResponderEliminarPor cierto me encanta lo que leí en tu blog; eso de que "la vivida no es un problema para ser resuelto, sino un enigma para ser vivido" Si tuviéramos esto presente seríamos mucho más felices!
Saludos ^^
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