Carta al Más Allá

Estimada amiga:

Dentro de 8 días se cumplirán dos años y medio de tu partida. Aún se hace amargo el recuerdo. Amargas imágenes en la pantalla de mi ordenador. Amarga tu voz y risa por los altavoces. Amargo es el olor a tí en tu camiseta. Amargo todo... Todo aquello que tiene que ver contigo, pequeña.
Te marchaste sin despedirte. Eso me recuerda a una frase que me dijo desconsolada una amiga: "la gente solo dice adios cuando no se marcha para siempre". Que razón tenía en su adolescente inocencia. Pude haberme despedido de tí un día antes de tu partida, pero tenía prisa... Maldito sea hasta el fín de los tiempos por aquel estúpido sentimiento.
Recuerdo esa mirada tuya "de reojo" y esa posterior sonrisa amplia a más no poder. Recuerdo esa mueca que hacías cuando tenías dudas y ese tacto de tus manos sobre mi cabeza. Los suspiros que soltabas antes de soltar una gran frase o cuando bailabas en aquel concierto tan llena de vida y alegría.
Todo eso se terminó. Te fuiste. Me dejaste vacío de bondad y me llenaste de ira y odio. Tú que has sembrado de lágrimas la vida de todo aquel que te conocía, pues todos te amaban. Tú que hiciste de nuestras vidas algo verdaderamente especial y dulce durante esos momentos que estabamos a tu lado. Esos momentos en que permanecía a tu lado...
Puede que ahora, me haya acostumbrado a no poder llamarte cualquier día y "echar unas risas", puede que lo haya superado, puede tanto... Pero, querida, eso no significa que hayas caído en el olvido. Sigues muy presente.
Sólo espero que, estés donde estés, sigas igual de jovial que eras en vida y que alegres la existencia a todos aquellos con los que compartes el día a día.

Con cariño

Un soñador