Bruma azul, un sonido,
sol que nace desde el mar,
fiel instinto, un camino.
Florece, solitario cerezo
y vuelan los pétalos rosas
para posarse en su cuerpo.
Acaricia despacio sus pies,
cae larga y negra melena
sobre su blanca piel.
Cierra los ojos calmada
y la geisha Aiko saluda
a la luz de la mañana.