Eterna Roma en su legado y mi corazón

jueves, 25 de abril de 2013

Soneto 13º

Tus palabras cruzan el mar,
y me animan, y me elevan.
Pensar en tus bellos gestos y sonrisas
me agitan en mi interior, me desvelan.

Después de mucho tiempo en silencio,
tu voz suave comenzó a susurrar
sonidos tan agradecidos y hermosos
que yo, pobre idiota, no se ni explicar.

Quédate cerca, hermosa musa sonriente,
para seguir dándome ese calor,
para notar tu fuego ardiente.

Dame cada abrazo que ambos necesitemos
y tranquila, pequeña flor de sombra,
que algún día nos veremos...