Eterna Roma en su legado y mi corazón

jueves, 21 de octubre de 2010

Amor intenso

Del rumor que entra por la ventana
haremos música celestial
y no importa el sonido que sea
porque todo bien sonará
Dirá entre susurros de lujuria
"te deseo, amor, toma mi cuerpo"
y tras un instante fugaz
nos devoraremos con besos

Que el mundo no nos espere
hoy nos dedicaremos al amor
que el mundo no nos espere
aunque dolido se parta en dos
Y envolviendos de nuevo, cariño,
en lujuria, pasión y sueños
pisamos fondo en la vida
y nos olvidamos del freno

Soneto 3º (Al orgullo del hombre)

Si pudiera mirar al cielo esta hora,
una rosa pequeña y débil se sentiría
alcanzaría a comprender lo justo
y borrar esta hora desearía

Que el cielo se llena de nubes
y no deja que nos bañe la luz
que los hombres del orgullo
olvidaremos el color azul

Cabeza alta desde la cara sur
gritaremos a la montaña
y nos sepultará un alud

Cabeza alta en mitad del mar
el agua tragando el cuerpo
y no sabremos rectificar

jueves, 14 de octubre de 2010

Soneto 2º (Al dolor insufrible)

Que mi sangre salte al mar oscuro
y la tormenta sea suavizada.
Que todos sepan que no soy tan duro,
me siento incapaz de blandir ya espada.

Clamarán los grises lobos por mi carne
y durante la danza azul de truenos
saciarán su aullido y su hambre
en los confines lejanos y eternos.

Ahora me enfrentaré al espejo,
ahora márchate y déjame sólo,
es momento de mirar el reflejo.

Que me supera el llanto y el dolor,
postrándome de rodillas al suelo
y cortando con saña mi corazón.

domingo, 10 de octubre de 2010

Soneto 1º (A la pena absoluta)

Distorsionado queda el goteo y salpicar,
y el agua se cuela bajo mi puerta.
Al cerrar, chapoteo el frío líquido
que del horror no me despierta.

En plena afrenta, susurro y suspiro,
que este agua no ha caído del cielo;
que este agua no es sino mis lágrimas
que de mi rostro vuelan al suelo

¡Ay, pena! ¡Que con todo arrasas!
¡Qué de cualquier sentimiento y causa
tu fuego solo deja ceniza y brasas!

¡Ay, pena! ¡Cruel víbora traicionera!
¡Qué instalada en mi espíritu
dejas mi paz solitaria afuera!