Esta es mi despedida para tí, porque ya no aguanto más tu persona. Me has roto el corazón, me has mentido, utlizado, insultado y, para colmo, me has dejado como una persona miserable. No diré tu nombre, tampoco quién eres.
No quiero saber más de tí, pues para mí tú ya no existes como existías antes. Ahora eres el recuerdo de un fracaso, del dolor, de la desesperanza y de la dominación. Pero te has equivocado conmigo, yo no me doblego ante nada ni ante nadie. Te has creído muy inteligente cuando no eres nada. Sólo eres tu forma de aprender a llorar frente a un espejo cuando no levantabas ni dos palmos del suelo.
¿Cómo has podido ser así? ¿Qué querías? ¿Vivir a lo grande y no hacer nada en tu vida? Pues que te vaya bien, que yo voy a disfrutar de mi vida lejos de tí.
Vaya...
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