Eterna Roma en su legado y mi corazón

sábado, 5 de septiembre de 2009

Angel


Angel centelleante que protegiste a los indefensos
de la malicia de su prógimo hijo de los truenos
Tú, que nos guiaste con luz blanca cálida
con sonrisa perpetua y tu tez pálida
Tú, que nos enseñaste la belleza de amar
de ser felices y también a soñar
Angel centelleante ¿a dónde has ido?
tú mismo has buscado tu propio olvido
Angel centelleante vuelve a nuestro lado
ahora es nuestro turno nosotros te cuidamos
Permítenos susurrarte agradecerte todo
arroparte un lecho de plata y oro
Que seamos nosotros quienes sequemos tus ojos
que seamos para tí todo un tesoro

2 comentarios:

  1. Que bonita entrada!
    Por cierto me encanta lo que leí en tu blog; eso de que "la vivida no es un problema para ser resuelto, sino un enigma para ser vivido" Si tuviéramos esto presente seríamos mucho más felices!
    Saludos ^^

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar