Eterna Roma en su legado y mi corazón

martes, 15 de diciembre de 2009

De donde viene la sin razón

Semana Trágica (1.909) Primer Aviso de lo que está por llegar

Lo que comienza siendo como una manifestación antibelicista pacífica termina llevándose al terreno de la violencia y la barbarie. De exigir el final de una guerra y el regreso de sus familiares a casa sanos y salvos, se pasan a incendiar y destruir propiedades de la Iglesia. La represión, por supuesto, tampoco se hizo esperar y estuvo a la altura del ensañamiento contra el clero y su propiedad. Cataluña quedó aislada por el gobierno para evitar que se propagara la escalada de violencia.
La nota absurda, las sentencias a muerte como la de Don Francisco Ferrer Guardia: acusado, sentenciado y fusilado sin prueba alguna de delito. La nota macabra, los salvajes que sacaron los cuerpos semimomificados de algunas monjas de sus sepulcros y, según se cuenta, además osaron "bailar" con ellos.


Asturias (1.934) Segundo aviso

La extrema izquierda toma las armas se declara la revolución, aguardando que el resto de la izquierda española se sume y así lograr sus objetivos. Tal fue el impacto de esta revolución que en Mieres se plantearon marchar sobre Madrid. El pillaje y la violencia se dió en diferentes puntos y una fuerte represión en aquellos lugares donde no era apoyada la revolución.
Por supuesto, la respuesta del gobierno volvió a estar a la altura de la barbarie. Tras enviar soldados desde África, esta revolución concluyó con unas cifras terribles: entre 15.000 y 30.000 detenidos y sometidos a juicio por participar en la revolución, entre 1.500 y 4.000 muertos en toda España (la mayoría en la propia Asturias).
El recuerdo de un aviso que dió la sociedad. Un ensayo más para lo que seguiría. Una vez más, al extremismo se le fue la mano y la respuesta no se hizo esperar. Una respuesta que, evidentemente, sólo avivó la llama de la ira y el odio.


Guerra Civil (1.936-1.939) La espina en nuestro pasado

La máxima expresión del odio que jamás puede experimentar un pueblo. Por medio de la sin razón, las bombas y los fusiles; el pueblo español se mató así mismo. Entre hermanos, padres e hijos, conocidos... No importa lo que defendiesen unos u otros, nadie salió de aquella guerra sin las manos manchadas de sangre. Tres años en que España fue nido de actos bárbaros y vergonzosos que sólo es capaz de llevar a cabo el ser humano es su expresión más oscura. Tres años de muerte y miseria, donde bastaba señalar a alguien y gritar "Rojo" o "Gris" para recibir una bala sin una sola pregunta, fuese falso o cierto, fueses pacífico o no. Donde aquellos que querían vivir en paz y no tomar las armas si se les llamaba a filas eran considerados traidores y asesinados en cunetas y barrancos.
Unos y otros, Guernica y Belchite. Ningún bloque fue inocente y todos fueron derrotados. Unos se quedaron, pero quedaron tan vencidos como aquellos que tuvieron que marcharse. Toda familia perdió a alguien, ya fuese en el conflicto o en los años que la siguieron de hambre y miseria (cuyo punto más crítico fue en 1.941). Aún recuerdo las palabras de aquel anciano de más de 90 años (en gloria esté), relatando como se escondían en las trincheras, los edificios en ruinas o en cualquier agujero cuando el zumbido de los aviones y las bombas cayendo desde el cielo era la tétrica banda sonora junto a gritos, disparos y explosiones. Aún con dolor en su cansado cuerpo y agitando sus temblorosas manos contaba aberraciones que había contemplado y que ningún guionista del mejor cine jamás habría podido imaginar ni en sus peores pesadillas.








Parece mentira que a día de hoy haya gente que todavía no se haya dado cuenta de lo crudo que fue esto. Simplemente me entristece. Más aún cuando contemplo a jóvenes de mi edad apalearse y apedrearse en plena calle por estos hechos tan detestables acusándose unos a otros de asesinos. Es hora de aprender a perdonar, amigos míos. Yo doy mi perdón, ¿quién es el siguiente?

En esta última imagen, el autor de "Ahora en Calma" (a la derecha) posa junto a un amigo frente a una cruz en memoria de 24 víctimas de la "Sin razón" en la cuneta de una vieja carretera en la provincia de Almería.

Roguemos que jamás vuelva a suceder todo esto

2 comentarios:

  1. El perdón es la base de la madurez del ser humano...

    Un beso grande!! :D

    ResponderEliminar
  2. Por desgracia en ese aspecto la sociedad sigue en la adolescencia: rencor más que perdón

    Gracias, un abrazo

    ResponderEliminar