Tres mil orgullos encuadrados
en una mítica unidad
que, durante casi dos siglos,
hizo al enemigo temblar.
Pica o arcabuz en mano,
la tarea más dura exigían,
y ondeando la cruz de Borgoña
por toda Europa vencían.
Disciplina y gallardía,
por tierra y por mar,
el renacer de la infantería.
En aquellos primeros días,
nombres como Sicilia y Nápoles,
y no olvidar al de Lombardía.
Apoyados en su horquilla
ya descargan los mosquetes,
truenan sin cesar cañones,
desde culebrinas a falconetes.
Campo abierto o trinchera,
dueños de la bravura.
Bajo el morrión soportaron
cometidos de muerte y locura.
Tanto era la fuerza y la maña,
al grito: "Santiago
y cierra, España"
En Rocroi no cedió el honor,
pues ante oferta gentil:
"¡Esto es un tercio español!"
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