Eterna Roma en su legado y mi corazón

lunes, 6 de abril de 2009

Al decaer la esperanza

Querida Luna, palidece mi rostro con tu luz mortecina

¿Qué hacer cuando todo tu mundo se desmorona? ¿Qué hacer cuando todo en lo que crees se vuelve en tu contra? ¿Qué hacer cuando tu sombra te engaña? ¿Qué hacer cuando las únicas respuestas que recibes es el eco de tu voz en una habitación vacía? Y lo más importante, ¿qué hacer cuando no sabes qué hacer?
Luchar por la dignidad propia, labrarse un futuro en paz, hacer el bien ¿merece la pena? Ya lo creo que la merece, no esta pena, sino mil como esta.
¿Qué importa si sudas, sangras, te desmayas o tus brazos se rompen? No pasa nada, te recompondrás. Tú eres fuerte. ¿Has llorado? ¿Qué importa? ¿Quién no llora? ¿El mentiroso con su boca rota? ¿Quién te puede ayudar? Lo sabes, aquellos que desde niño te han ayudado sin pedir nada a cambio y esos amigos que siempre están ahí sin necesidad de llamarles. ¿Por qué hacías preguntas hace un rato sin sentido? No me preguntes ¿Por qué? Porque ni yo mismo lo se ¿Una especie de análisis? Algo así ¿Quizá un ordenamiento de pensamientos? Sí, eso es ¿O quizá los recuerdos en forma de puñal? ... ¿Qué le debes a la gente? Depende ¿Qué debes a las personas a las que has hecho daño? Mis disculpas, mi ayuda y mi sinceridad ¿Algo más? Sí ¿El qué? No volver atrás ¿No crees que un camino puede hacerse y deshacerse? No te entiendo ¿Puedes andarlo y volver atrás? No, pues considero que mi vida no da la vuelta sino que cambia de rumbo ¿Lo hará? No, soy feliz, quiero ser feliz y haré lo posible por ser feliz ¿Qué pasa si alguien está a tu lado? Haré lo posible por su felicidad y bienestar ¿Y si tu felicidad le daña? Entonces tendré que recortar esa felicidad mía

¿Quién o quienes te apoyan aunque no lo necesites?
Mi familia y mis amigos
¿Quién merece tu bondad?
Todos merecen la bondad de todos
¿Quién merece tu odio?
El odio no existe ya en mí, pues se disipó
¿Puedes nombrar personas y la razón?
Mis padres, por darme todo con su sudor y sufrimiento
Mi hermana, porque es la que me calma al consumirme de rabia
Carlos por toda su comprensión y sabiduria
Sixto por sus consejos desinteresados
Lidia por su forma de alegrar a la gente
Paula por su bondad, confianza y ganas de vivir
Antonio porque tu recuerdo me hace ser mejor persona
Mis primos por idolatrarme tanto en mi caída como en mi gloria
A tí que lees desinteresadamente la forma con la que desato las penas tras un par de copas que ahogan la ira, la agonía y las ansias de estallar cual bomba de relojería.
A todos vosotros os debo lo que hoy soy más que simplemente a mis experiencias pasadas. Me enorgullezco de ser el que aprenda de todos vosotros en aquello en lo que yo fallo.

Os doy las gracias y os pido disculpas si he llegado a ofendeos en algún momento de todo el tiempo que hemos compartido juntos.

Ahora, Sol, ven y raya de luz mi rostro sosegado

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